Mis cartas a Angelica, parte 3, mi primer amor platónico.

  Bien, pues como mencionarte que fuiste, eres y serás mi amor platónico, la verdad, desconozco si lo leas, pero si lo haces no me pongas una demanda, este naco acepta su lugar en la historia de tu vida. Pero eso no me impide recordarte, como esa primera cita, esa primera cita que llego por un milagro no esperado, y ahí me conociste por error, si me conociste por una idiotez mía, porque no yo me enamoraba muy fácil, porque tengo miles de inseguridades, por esto y aquello, y esas callejeras (amiguitas), si tenía que decirlo que me sedujeron para nada, no me causaron ningún efecto, es mas ya ni se cómo se llaman, pero si recuerdo ese nombre, ese nombre que me provoca una sonrisa al mencionarlo, ese nombre que me da y me inspira cada segundo, como esa tarde donde me dijeron que compartí salón contigo y no sabía quién eras, o esa ocasión que una compañera te menciono y me volví loco por qué no me dijo quien eras de hecho esa ocasión fue algo especial, me enteré que le gustaba a alguien y alguien más se me declaro pero le dije que no porque me llego un mensaje, tan simple, tan común, tan insignificante, pero ese Hola me cambio el día. Tercer adiós